jueves, 18 de noviembre de 2010

DERRETIMIENTO DE LOS GLACIARES A CAUSA DE NUESTRA INCONCIENCIA

Son grandes masas de nieve, hielo recristalizado y pedazos de rocas que se acumulan en grandes cantidades. Los glaciares pueden fluir cuesta abajo o a lo ancho debido a su propio peso hasta desembocar en sistemas hídricos. Pueden derretirse, evaporarse o dar paso a la formación de icebergs. Los glaciares se forman cuando las nevadas anuales en una región exceden sobremanera al porcentaje de nieve y hielo que se derrite durante el verano.Los montañosos, relativamente pequeños, que se encuentran a grandes alturas en las montañas. Los continentales, que son los de mayor tamaño, cubren grandes extensiones de la superficie terrestre. Por su temperatura, se clasifican en templados donde la temperatura del hielo se acerca al punto de fusión y polares, donde el hielo se mantiene A una temperatura menor a los cero grados centígrados.Son importantes porque el hielo de los glaciares constituye la reserva más grande de agua dulce en el planeta y la segunda reserva de agua luego de los océanos. 

Una de las señales más claras de los efectos del calentamiento global puede ser medido actualmente con más énfasis por el derretimiento de glaciares en todo el mundo. El fenómeno alcanzó marcas históricas en 2006 y tiende a agravarse con cierta rapidez, según estudio divulgado por el PNUMA - Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente- la semana pasada.

El estudio indica que, entre 2004 y 2006, los glaciares de 30 montañas esparcidas por el mundo se derritieron a un ritmo nunca visto: entre 2005 y 2006 la pérdida fue dos veces superior a las tasas verificadas entre 2004 y 2005. En promedio, la pérdida de hielo en las montañas fue equivalente a una reducción de 1,4 metros, mientras que en 2005 la pérdida había sido de sólo 50 centímetros. Entre 1980 y 1999 la media de reducción anual fue de sólo 30 centímetros, siendo que la pérdida total desde 1980 ya llega a 10,5 metros. Estos datos son extremadamente alarmantes, dado que la tendencia es que el deshielo aumente aún más.

En Europa, algunas de los glaciares más famosos están desapareciendo a un ritmo acelerado, como es el caso del glacial de Breidablikkbre en Noruega, que perdió 3,1 metros en un año; del glacial de Grosser Goldbergkees en Austria, que perdió 1,2 metros en 2006, o también el de Ossoue en Francia que sufrió una reducción 3 metros. Además de eso, el PNUMA alerta que, hasta 2030, la probabilidad de una pérdida total de todos los glaciales latino-americanos es alta, lo que podría ocurrir en Bolivia, en Perú, en Colombia y en el Ecuador.                                                                                                                                           

El derretimiento de los glaciares afectará a millones de personas directamente, ya que estas dependen de estas reservas de agua para beber, mantener la agricultura, generar energía y para su utilización industrial.      

Otro estudio, elaborado por tres científicos de Taiwan y divulgado en la Revista Science, asegura que los impactos del derretimiento de los glaciares en el aumento del nivel de los mares son, en la práctica, mucho más drásticos que lo que calcula el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambios Climáticos). Una serie histórica de datos obtenida por estos científicos reveló que, a lo largo de los siglos 20 y 21, la humanidad "secuestró" en 29.484 reservas 10.800 kilómetros cúbicos de agua, lo que bastó para reducir el nivel de los océanos en ese periodo en 3 centímetros. De no haber retenido esa agua, el nivel del mar hubiese subido 2,46 milímetros por año en los últimos 80 años en vez de los 1,7 milímetros anuales observados desde el comienzo del siglo 20 y computados en el Cuarto Informe de Evaluación del IPCC, publicado en 2007.

El hecho es que estamos teniendo que lidiar cada vez más rápidamente con las consecuencias del calentamiento global, pero no lo hacemos de una forma organizada y sistemática. Los gobiernos necesitan urgentemente tomar conocimiento de estas consecuencias y, como ya vengo destacando hace algún tiempo, elaborar políticas de adaptación que puedan afrontar los problemas que seguramente serán vivenciados en un corto plazo. Es necesario que creemos políticas públicas capaces de prever los efectos del calentamiento global y de articular los diversos actores sociales relevantes para que conjuntamente puedan implementar medidas a fin de minimizar los impactos ya irreversibles, tanto en el nivel del mar cuanto en la disponibilidad de agua, por ejemplo.                                                                                                                                  

El mundo contemporáneo va a exigir de las sociedades que sean elaboradas e implementadas medidas en un espacio temporal mucho más corto y urgente, siendo necesario decir: ese momento ya llegó.

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